Systema
Hace algunos años que me dedico al
estudio de esta maravillosa disciplina llamada Systema. De la mano de mi
profesor, Fabián García, y de la filosofía y el estilo de vida que plantea
Systema, he redescubierto valores, ideas y motivaciones que había olvidado en
otros estilos que entrené en mi vida.
Por este motivo, cuando Pedro, mi
compañero de entrenamiento, me comentó la posibilidad de viajar a Colombia para
ingresar en un Boot Camp de dos días, con la presencia de instructores
internacionales, no lo dudamos.
Es muy difícil, en Argentina, poder
traer maestros internacionales. Estamos lejos de todo y nuestra economía es complicada.
Conseguir un maestro en un país de Sudamérica, que venga con otros maestros a
compartir la actividad y, además, hable castellano, es una oportunidad que no
se podía desaprovechar. Afortunadamente, Fabián García ha realizado seminarios
con Vladimir Vasiliev y Ryabko, entre otros grandes del Systema. Y en el pasado
pudimos contar con un excelente seminario dictado por Maxim Franz. Pero un
viaje a Colombia no se desaprovecha así como así.
No voy a hablar en esta nota acerca
de la proverbial cordialidad y amabilidad de la gente de Colombia. Si me
pusiera a describir las bellezas del país, la calidez de su gente y la buena
voluntad que se encuentra en cada persona, no quedaría tiempo para hablar del
campamento.
Luego de pasar unos días recorriendo
Cali, llegó el día del ascenso. Subimos, a pie, un sendero montañoso, y llegamos
a un claro desde donde se divisaba un valle impresionante. El lugar resultaba
imponente, y solo el hecho de pasar unos días allí daba por pagado el viaje.
Llegamos a la noche y armamos las
carpas en medio de una fina llovizna. Lejos de molestarnos, el frío del agua
fue la excusa perfecta para comenzar a templar el ánimo del grupo. Una reunión
de desconocidos alrededor de un fuego, secándose la ropa. Una variedad de
personajes, practicantes de las más diversas artes marciales, bromeando y
riendo hasta la madrugada. Al no conocernos, no existieron nombres propios. Los
apodos surgen espontáneamente y, obviamente, nos identifica con nuestros países
de procedencia. Así, yo paso a ser “Argentina”. Otro, allá, es “Ecuador”.
Tenemos un “Perú”, un “Venezuela”, muchos “Colombia”… Bromeamos con que somos
el Mercosur de las Artes Marciales.
Las charlas inician con los diversos
estilos que cada uno ha practicado. Todos son cinturones negros de una o varias
disciplinas. Hapkido, Taekwondo, Karate. Y siempre subsiste el misterio de Systema.
Mi compatriota Pedro, lleva varios años de entrenamiento, como yo. Otros, han
comenzado a practicar hace poco, en sus respectivos países. Muchos vienen a
conocerlo por primera vez.
Nos vamos a dormir tarde. Con olor a
humo, pero contentos.
Al día siguiente comienza el
entrenamiento. Desayunamos con el paisaje como vista, y comenzamos a entrenar. Cuando
llegamos, veníamos pensando en un entrenamiento convencional de Systema, a
cargo del instructor internacional Frank Arias. Una especie de “clase larga”,
de dos o tres días, con la ventaja de contar con la mirada de un instructor
venido de Canadá, que pudiera darnos otra visión del estilo.
Lo que encontramos fue algo mucho más
complejo e interesante. De Canadá contábamos con Frank Arias, con quien
entrenamos un Systema aplicado, en movimiento y dinámico. Una forma de encarar
el combate real, contra un oponente armado o desarmado, de pie o en el piso.
Pero junto a Frank Arias, también arribó Jason Priest, otro instructor de la
escuela Vasiliev. Jason nos mostró la relajación, el golpe, los ejercicios y la
forma de incrementar nuestra potencia. Con Jason pudimos ver detalles y ajustes
acerca de la actitud frente al combate, y de la forma de pensar de Systema.
En otros módulos, el instructor
Carlos Albán de Colombia, médico
deportólogo de profesión, nos instruyó en la respiración, la salud y la
resistencia. Systema como método de combate, pero también, como forma de
cuidado corporal y espiritual. Como forma de modificar y aislar el dolor, de
desviar la atención y focalizarla a voluntad.
Como contrapartida, José Rafael León Delgado,
de Venezuela, nos preparó unos módulos de armas de fuego, donde estudiamos y
entrenamos no solo la forma de manipular un arma, sino la forma de moverse y defenderse en la ciudad.
Conocer la psicología del atacante y el malviviente, adquirir respuestas tanto
físicas como mentales.
Ya con este equipo, todo el viaje quedaba
más que justificado. No solo comprendimos el Systema desde su aplicación real,
callejera y efectiva, sino que trabajamos en Systema enfocado a la salud, a la
relajación, al fortalecimiento (físico y mental) y a la prevención. Todo en el
marco de un paisaje soñado, con un grupo humano que destacó por su solidaridad
y buen humor. Largas charlas y risas alrededor del fuego por las noches,
degustando un pisco peruano, concentración y sonrisas durante el día,
entrenando. Intercambio de anécdotas, de saberes, de ideas. Intercambio de
mails y facebooks, formando un fuerte vínculo de camaradería. Como reflexioné
en la última charla que tuvimos: “siento que vine a hacer un curso y terminé
realizando una excusión con amigos donde, además, aprendí Systema”.
Sin embargo, nos quedaba más camino
por recorrer. Terminamos el campamento y volamos al Regimiento de Cazadores de
Montaña de Colombia, invitados por las Fuerzas Armadas Colombianas, para dar un
pequeño curso de Systema. De la nada, sin advertencia previa, me encontré
rodeado de soldados, preparados para pelear. Una tarde completa compartiendo un
entrenamiento especial con el ejército colombiano, una experiencia inesperada y
maravillosa. Otra vez jugamos, reímos, golpeamos y luchamos, rodeados de una
multitud de soldados que nos miraban y ejercitaban con nosotros. Podríamos
haber terminado ahí, pero aún nos faltaban conocer más aspectos de Systema.
Systema, como disciplina, tiene un
profundo estudio de la biomecánica humana. Conoce y desarrolla los aspectos
físicos y matemáticos del movimiento. Actualizar y refrescar el estilo no se
logra solo con el entrenamiento constante, sino también por medio de la
ciencia. El último día concurrimos al estudio del Dr. Acero, uno de los
principales investigadores de la biomecánica y el deporte, quién procedió a
realizar diversas filmaciones de algunos movimientos, para sus estudios. Allí
pudimos apreciar cómo se filmaba con cámaras especiales, en un laboratorio de
movimiento. Se analizaban ángulos, palancas, velocidades, movimientos con
armas, etc. Un aspecto interesante a tener en cuenta en toda disciplina: su
parte teórica.
Por supuesto que toda esta
experiencia culminó en una cena colectiva en un restaurante maravilloso de
Cali, y en la visita obligada al shopping local para traer toda clase de
regalos. Pero el mayor recuerdo que guardamos de este campamento fueron los
intensos entrenamientos, la claridad de concepto, los lugares y eventos
inesperados que recorrimos y la cordialidad del grupo que, casualmente, se
genera siempre entre practicantes de Systema.
Por algo será.
Diego Betous
Systema grupo de entrenamiento.
Buenos Aires - argentina